Querido theriver.com.es:
Como cada día de la semana excepto viernes, sábado y domingo, hoy te escribo. Y es que cuando uno tiene la tarde "libre", puede venir a dar la lata a los demás. Hoy fue un día interesante en el colegio. A continuación te cuento.
Nada más sonar el timbre la noticia llegó a mis oídos. "La profesora está enferma". No hay problema. Tenían a primera hora religión, lo cual no me corresponde impartir, pero otros alumnos acuden a clase de valores, y allí fuimos. Después de observar el libro de valores, y reirme un poco con tanta cursileria, decidí tirarlo por la ventana y sacar otro libro que la maestra me había prestado de coñecemento do medio y que ya había echado un vistazo. Recordaba que tenía unas interesantes biografías de personajes, tales como Ghandi, Luther King, Rigoberta Menchú, Nelson Mandela. A los esos nombres yo añadí otros como Concepción Arenal o Rosa Parks. No estuvo mal, los chicos salieron ilusionados y tengo la idea de que saben algo más interesante de lo que habrían aprendido con la bondad de la que hablaba el libro.
En las dos siguientes horas tocaba lengua. Evidentemente no tenía nada preparado. Me dije "no pasa nada, saca un texto interesante y a comentarlo, que atiendan a la lectura y saquen las soluciones a las preguntas, nada de tener luego el texto delante para sacar la solución". Pero de repente (sonido ambiente)... entra la profesora de otro sexto... por supuesto me traía tarea para hacer. No pasa nada, se hace, y se hizo en diez minutos. Así que seguí con lo mio. Encontré un librito de relatos para comentar, rómulo y remo ya lo habían hecho, también otros interesantes, y por fin encontré... Momo. Interesante, les expliqué quien lo había escrito, (al final tuve que decir "el pavito ese de la historia interminable"). Se leyó el texto en alto dos veces. Completé algunas ideas (ese libro lo había leído, por cierto me gustó mucho), y a trabajar. Lo hicieron muy bien. Pero llegó el momento de hacer algo típico, dictado. Perfecto, un comportamiento muy bueno. Cuando la profesora que venía a sustituir a la mestra entró y los vió callados quedó asustada. También la compañera de prácticas que venía con ella. Viendo como estaba el asunto me dejaron solo, todos los profesores alo largo del día. Bien, por mi perfecto.
Después del recreo y un café, era la de gallego. Mi compañero Ignacio me hizo compañía (como impone). Algunos ejercicios, al estilo de la maestra y nada más. Y por último coñecemento, que es lo que me toca hacer a mi, corresponde a mi unidad didáctica. Empezaron a dar la lata. Como animales olieron el momento de gloria que me toca, y volvieron a las andadas después de un dia más que acptable. No pasó nada, salvo que volvieron los ejercicios castigo. Funciona, desde luego que funciona. En el anterior artículo Adriana me dejó una dirección donde me reflejé hace unos minutos, echa un vistazo
Desde luego que funciona.